Construida entre 1769 y 1779, según el diseño del arquitecto e ingeniero real Francisco Sabatini, la Puerta de Alcalá es una sólida fábrica de cinco vanos, los tres centrales de medio punto y los dos laterales adintelados y de menor altura, que fue concebida como una estructura armónica con la reforma recién emprendida en el cercano Prado.
Hoy, contemplamos la puerta aislada, desprovista del contexto urbano original y de los elementos de cierre de la capital que abrazaron su fábrica durante años, entre ellos, las rejas de hierro vizcaíno. Sin embargo, la inscripción bajo el dintel superior mantiene viva la memoria del monarca que impulsó su construcción, Carlos III.