Los escultores

Así, a finales de 1740 Roberto Michel ya estaba en Madrid. Como Luquet había previsto, Roberto no tardó en recibir sus primeros encargos. Michel compaginó proyectos religiosos con trabajos para los Reales Sitios, además, se integró en el círculo de escultores que participaron en la fundación de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y su producción escultórica fue valorada y elogiada por sus colegas de profesión.

Dada su buena posición y consideración, en 1757 el artista solicitó a Fernando VI la plaza de escultor de cámara. El monarca no tardó en concederle su petición.

Al ser escultor de cámara del rey, resulta lógico que Roberto Michel fuese uno de los escultores implicados en el proyecto de la Puerta de Alcalá. A Michel se le encargó ejecutar todas las esculturas de la fachada que da hacia la Villa de Madrid. El escultor aceptó el encargo en 1771, pero no fue hasta 1773 que comenzó a realizar las esculturas, ya que las obras de la Puerta avanzaban excesivamente lentas, así como también se retrasaban los pagos para los artistas y constructores.

Michel recibió la cantidad total de 69.000 reales por la ejecución de los grupos escultóricos de la fachada interior de la Puerta de Alcalá. Las dimensiones de estas obras son imponentes: los grupos ubicados en el frontón triangular miden casi seis metros de largo por unos dos metros de alto y en el caso de las panoplias, o conjuntos de armaduras y armas que se disponen sobre la cornisa, miden unos cuatro metros y medio de ancho por tres metros y medio de alto. Las placas situadas en los vanos adintelados y que representan cornucopias o cuernos de la abundancia miden 3,34 metros por 1,67 metros. Estas últimas, junto a las claves de los arcos fueron los primeros trabajos escultóricos de la Puerta de Alcalá, al ser de menor tamaño. Los grupos más voluminosos fueron labrados en último lugar.

Mientras Michel trabajaba en las piezas de la Puerta de Alcalá, en 1775, Felipe de Castro, quien ocupaba el puesto de primer escultor de cámara del rey, falleció y Roberto pasó a ocupar su lugar.

Como primer escultor de cámara del rey, Roberto participó en la mayoría de proyectos artísticos impulsados por la Corona, como es el caso de la reforma del Salón del Prado.

Michel esculpió los leones, Hipómenes y Atalanta, que tiran del carro de Cibeles, labrada por Francisco Gutiérrez, escultor compañero de Roberto en la Puerta de Alcalá. Asimismo, Michel también participó en la ejecución de las Cuatro Fuentes del Paseo del Prado, junto a Gutiérrez y Alfonso Giraldo Bergaz.

En 1785 Roberto Michel fue nombrado director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, la institución que el artista había visto nacer y a la que había contribuido con su saber. Por desgracia, unos meses más tarde, a principios de 1786, el escultor falleció.

Tras más de diez años viviendo y trabajando en Roma, Francisco regresó a España. Fue nombrado académico de mérito de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y rápidamente comenzó a recibir importantes encargos.

Sus primeros trabajos para Carlos III consistieron en la realización de adornos para el Palacio Real que fueron muy bien recibidos. Después de desarrollar algunos encargos de imágenes religiosas, coincidió con Francisco Sabatini en el proyecto del sepulcro de Fernando VI, ideado por el arquitecto y ejecutado por Gutiérrez.

En 1767, Francisco Gutiérrez fue nombrado director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde también impartía clases.

En 1771, Gutiérrez recibió el encargo de labrar las esculturas de la fachada exterior de la Puerta de Alcalá; el francés Roberto Michel se encargaría de los ornamentos escultóricos de la fachada interior. Sin embargo, la lentitud de las obras y de los pagos provocó que los escultores no comenzaran a trabajar en el proyecto hasta 1773. Francisco Gutiérrez percibió 67.500 reales por su trabajo, aunque el presupuesto que el escultor había estimado ascendía a 95.000 reales. Era una práctica habitual rebajar los precios en encargos reales por deferencia al monarca.

Las medidas de los grupos escultóricos son impresionantes: cada escultura mide alrededor de cuatro metros y medio de largo por idénticas dimensiones de alto; en el caso de las placas escultóricas de las guirnaldas, miden 3,34 metros por 1,67 metros. Las figuras de mayor tamaño se comenzaron a labrar en 1775, año en el que Gutiérrez fue designado escultor de cámara del rey.

Francisco Gutiérrez trabajó de nuevo con Sabatini en la Puerta de San Vicente, para la que realizó los adornos, y continuó con su actividad como escultor de cámara trabajando para diversos proyectos reales, como las fuentes del Salón del Prado. Gutiérrez ejecutó el diseño de Ventura Rodríguez para la figura de la diosa Cibeles y colaboró -de nuevo- con Roberto Michel y Alfonso Giraldo Bergaz en la realización de las Cuatro Fuentes del Paseo del Prado.

Francisco desarrolló su trabajo en varias ciudades de España, además de Madrid, como Arenas de San Pedro, El Burgo de Osma o Tarazona. Falleció en Madrid en 1782.